domingo, 21 de marzo de 2010

HIPOTÉTICAMENTE...


...llegar a casa y sentir que la soledad que se presenta no es más que una gran compañera que te ayuda en los momentos difíciles, sentir cómo te abraza infinitamente, atrapándote en lo más profundo del abismo, y aún así, estar rodeado de GENTE... Sin embargo; ¿Qué importa la gente? ¿Qué es la gente? Desde luego, gente sin más, no significa nada.

A veces despertarse de un sueño profundo y sentir que no estás viviendo absolutamente nada. A veces, despierto, sentir como si la vida no fuese más que un sueño... Un mal sueño.
De pronto sorprenderte imaginándote la vida como un proceso para lo que será la VIDA de verdad, imaginar que esa vida no es más que un sueño en el que tienes sueños, y que el mundo es totalmente diferente.
Al igual que en los sueños, sentir como si ESTE sueño fuese a acabarse justo en el preciso instante en el que estás a punto de morir. Aún así, algo dentro de ti, te impide probar esa teoría... quizás sea esa ínfima parte en la que reside nuestro instinto de supervivencia, o lo poco que nos queda de él.

Estar sólo, sin saber qué sentir, qué pensar. Pese a todo, elegir la rutina que hace que todo siga como está, que hace que las cosas no sean ni mejor ni peor, y eso no importa, porque las cosas no pueden ir peor... que es lo que cuenta.