miércoles, 6 de enero de 2010

ERRORES


Después de un vago esfuerzo en el que consigo levantar mi cabeza y mirar hacia delante, la vida se planta frente a mí, azotándome con látigos que van dejando huella en mi piel, recordándome una vez más que sólo soy un trozo de carne.
Algunas marcas cicatrizan pronto. Otras nunca. Y aquellas que perduran son las que nos recuerdan que para evitar el golpe es necesario apartarse.

Tras un momento de reflexión, me detengo y me dispongo a observar a cada viandante analizando cada pequeño movimiento y me sorprendo al descubrir la seguridad con la que camina cada uno.
Irónicamente aquellos son los que tienen el cuerpo cubierto de latigazos.
Continúo con mi trayectoria, de nuevo con la mirada en el suelo, y por mi cabeza ronda un nuevo pensamiento... Malditos ingenuos.

3 comentarios:

Siomara Jiménez dijo...

Las grandes heridad no llegan a cicatrizar bien nunca, siempre pican cuando cambia el tiempo y escuecen de vez en cuando.

Y si que es cierto que cuanto mas te han azotado con más seguridad caminas, los buenos observadores de gente lo saben.

Anónimo dijo...

Lo mas impresionante de tus relatos es es que seas capaz de redactar algo tan profundo y tan bien elaborado.
Uno suele escribir sun andanzas por la vida y como uno las siente, pero se que a tus 16 años, son sensaciones y sentimientos que nacen de lo mas profundo, por eso, todo ello tiene mas valor, al menos a mi parecer.
Tu si llegaras lejos, y luchando conseguiras tus propositos.
No cambies nunca...
Ma

Nuncajamás dijo...

Llego a aquí curioseando desde Nuncajamás. Historias a medianoche y me alegra haberlo hecho. Blogger nos brinda regalos maravillosos como este rincón tuyo de palabras. Sería un honor que decidieras participar con nosotros en Nuncajamás.

P.D.: Me encanta la frescura y originalidad de la plantilla de tu blog. ¡Mi doble enhorabuena!